El delito fiscal se produce cuando se defrauda a la Hacienda Pública, ya sea por evadir el pago de impuestos o por percibir beneficios fiscales cuando no proceden. Para que esta conducta sea considerada delito, debe haberse defraudado, al menos, 120.000 euros, salvo que se cometa contra la Hacienda Europea, en cuyo caso el límite se fija en 50.000 euros.
Para estos delitos, el Código Penal establece penas de cárcel de uno a cinco año y multa de desde lo defraudado hasta seis veces esa cantidad.
Existen otros tipos delictivos para los casos en los que se defraude a Hacienda utilizando a otras personas.
domingo, 4 de agosto de 2013
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